Me encanta el título.
Quizá sea yo que soy un poco raro, pero definitivamente la gente es gilipollas. Los que no sepáis porque este post contiene el #2, os aconsejo que leáis la primera parte que la podréis encontrar aquí.
Bien. Si habéis leído el primer post, entenderéis porque me sacan tanto de quicio las personas. En esta ocasión cambiamos de escenario y nos situamos en un aula del CAEB. Como estoy desempleado, me dedico a hacer lo que la mayoría de jóvenes hacen hoy en día: ¿Plantar hierba y fumar porros? No, me saco cursillos por el INEM, que aunque no sirven de nada, por lo menos entretienen. Y el cursillo que estoy haciendo es ni más ni menos que el del carné BTP. La verdad, no me veo yo llevando un taxi, pero bueno.
Vayamos al grano. Yo, por si no lo sabéis, vivo bastante lejos de Palma y me supone un esfuerzo de tiempo y dinero tener que bajar todos lo días. La cosa es que cuando voy a un lugar, da igual el que sea, con un propósito, me gusta ceñirme precisamente a ese propósito y no perder el tiempo. Por ejemplo, cuando voy al gimnasio, voy a entrenar y no a hacer amigos ni socializar con la gente. Para eso me voy a un pub o una discoteca ¿estamos?
Lo que pasa es que la gente no sabe priorizar las cosas y se pierden en sus propias masturbaciones mentales.
Estamos en clase, somos unos veinte, cada vez que la profesora comenta alguna norma o señal, el/la subnormal de turno tiene que salir con su anécdota personal o si no, rebatirle a la mismísima profesora (la cual ha tenido que hacer unos cuantos exámenes para estar donde está) la puta norma de circulación que está explicando, mediante una historia personal que no le importa a nadie una mierda, y encima ¿me tengo que reír? Iros a la puta mierda. Vosotros creéis que yo me tengo que levantar a las 7 de la mañana, hacer 25 Km y comerme todos los putos atascos matutinos, para escuchar una historia que no tiene ni puta gracia. Por no decir que no me dejan prestar atención a lo que están explicando. A todo ésto, deciros que todos estos mongolos que se creen tan listos con sus putísimas historias de mierda, son los que más faltas hacen en los tests. Y por si tenéis alguna duda, estos personajes no son ningunos niños, estoy hablando de gente de entre 40 y 55 años, por lo que tiene aun más delito. Os lo juro, les metería a todos la cabeza en una olla de acido hirviendo, mientras les metía un buen puñado de pepinos por el culo (ahora que van baratos). Os lo digo en serio: Por favor, no intentéis haceros los graciosos, no tenéis ni puta gracia. Si me tuviera que reír de algo, sería de vuestra cara de satisfacción autoinducida, pensando que sois super graciosos. ¡¡¡Morid hijos de puta!!!
Podéis llamarme raro, o inadaptado o incluso antisocial, pero después de aguantar a estos personajillos sólo me queda clara una cosa: LA GENTE ES GILIPOLLAS. Agur.
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